La climatología y el campo

02, septiembre | Vinos - Aceites | Sin comentarios

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¡Muy Buenas a tod@s de nuevo! En el día de hoy, voy a dedicar este post a la relación tan estrecha que mantienen la climatología y el campo en el que nos encontramos situados los agricultores que componemos Bodegas La Aurora.

El campo que poseemos la gran mayoría de los agricultores, por no decir todos, es campo de secano, generalmente sembrado o plantado por dos grandes cultivos, la viña y el olivar, al ser de secano, no sólo afecta a este campo las tormentas que normalmente vienen a visitarnos por esta época del año, sino que también nos afecta la sequía y cualquier condición climatológica adversa (heladas, nevadas, pedrisco, etc.) que pueda producirse durante cualquier estación del año.

¿Qué cultivo es más delicado? ¿La viña o el olivo? Yo diría y creo que la mayoría estaría de acuerdo conmigo, en que es la viña, la viña es un cultivo que necesita de muchos mimos, muchos cuidados, necesita que le realicen sus labores a su debido tiempo, la recolección es bastante corta comparada con la de la aceituna, por lo que si tienes mucha producción deberás de contratar mano de obra externa, si o si, por lo que se encarecerá la recogida. El olivo diría yo que es más sufrido, prueba de ello es la cantidad de olivos que se están plantando en lugares en donde anteriormente había viña. Si en el olivo te pasas con alguna labor, o si un año no le realizas la poda, no tiene consecuencias tan negativas como si eso lo hicieras en la viña.

La climatologia y el campo

¿Podemos luchar contra estos fenómenos? No, es imposible, nuestros cultivos están al aire libre, sin ningún tipo de protección que pueda limitar los daños producidos por estos fenómenos, la única opción posible, es asegurar nuestro campo y cruzar los dedos para que el año climatológicamente hablando, sea benévolo con nuestro campo y nos deje recoger la mayor parte de los frutos que generan nuestros árboles.

Esta relación tan estrecha entre nuestro campo y la climatología hacen que éste y en consecuencia nosotros, seamos tan vulnerables y tengamos tan poco margen de maniobra a la hora de realizar cualquier tipo de inversión. Pero diréis, ¡Tenéis los seguros! ¡Con eso cubrís las pérdidas producidas por los daños ocasionados! En muchos casos los seguros no son lo que parecen ser y no llegan a cubrir el total de las perdidas. Es más, si no llega a ser una pérdida total de la cosecha, es muy probable que con lo que te paguen no te llegue a cubrir el total del coste del seguro si tienes varias parcelas.

¿Entonces que conviene? ¿Qué interesa? Yo pienso que lo mejor es, que no ocurra nada y que el año sea completo en cuanto a producción se refiere, asegurar por si acaso y cruzar los dedos. Si viene una catástrofe (una helada, pedrisco, etc.) que afecte al total de la cosecha, para que cuando llegue el perito que valora el daño, no empiece a poner pegas y te dé un porcentaje menor al que realmente te mereces. Por último decir que siempre puedes arriesgarte y no asegurar el campo, porque sinceramente, el campo no está como para ir añadiéndole más y más gastos, pero eso es algo que el agricultor tiene que afrontar por sí mismo y valorarlo muy bien, ya que es un riesgo importante, el perderlo todo completamente y haber trabajado todo un año para nada.

¿Algún consejo que ofrecer para minimizar los daños producidos por la climatología en el campo?

¡Saludos y hasta la próxima!

Por Rafael Espejo.

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